Se atrae todo aquello que se tiene dentro, y por eso se dice que lo semejante atrae lo semejante. Una forma de ponerle barreras al amor es cultivar lo que se le opone: el egoísmo, el rencor, la envidia… Es obvio que si se siembran rábanos, no se recogen melocotones. Para encontrar la persona adecuada, hay que ser uno mismo una persona adecuada. El amor es vibración, y para conseguir una buena sintonía, hay que tener en cuenta la frecuencia en que emites. La vida se nos muestra como un juego de espejos, nos devuelve lo que proyectamos. Por ello, trata de dar lo que esperas recibir: si buscas comprensión, sé comprensivo; si disfrutas con la simpatía, sonríe más a menudo… Trata de fomentar las cualidades que quieres encontrar en el otro. Recuerda: el sentido de la vida es el que quieras darle, y si la orientas hacia una forma de pensar (tolerancia, respeto, alegría de vivir, etc.) será más fácil atraer a alguien en la misma onda.
ESTRATEGIAS PARA MANTENER VIVO EL AMOR
Tras el amor llega el comienzo de la vida en común. A partir de ahora, saber convivir, ser feliz y hacer feliz al otro son los verdaderos retos. La vida auténtica de pareja empieza justamente donde suelen acabar todos los cuentos. Es lo que sigue al “fueron felices y comieron perdices”. Tras el colorín colorado, comienza la realidad de la convivencia. Se trata de una página en blanco, que debe ser escrita de puño y letra por los propios protagonistas.
-Una relación modélica de pareja es algo vivo, que se construye día a día. Se trata de un delicado ejercicio de convivencia donde la pasión inicial debe reavivarse, al tiempo que se desarrollan otras formas de relación, como la amistad, la complicidad y el compañerismo. Siete de cada diez personas afirman que ser los mejores amigos de su pareja es la base sobre la que se asienta su relación.
-No hay fórmulas mágicas ni métodos para conseguirlo. Como decía el escritor Aldous Huxley, se aprende a amar amando, prestando atención a las necesidades del otro y haciendo lo que se descubre, sobre la marcha, que ha de hacerse.
–La relación ideal entre dos personas incluye el cuerpo, la mente y el alma, en la que el compañero sea a la vez amigo, cómplice y amante. Alguien junto al que caminar por el sendero de la vida.
-La base es la tolerancia, el respeto y la buena comunicación. Saber expresar nuestros sentimientos, sin herir ni ofender, es clave para que una relación sea duradera y para que la confianza se mantenga y se incremente con el paso del tiempo.
SUGERENCIAS PARA CONSERVAR EL AMOR
Para mantener el interés y el entusiasmo dentro del matrimonio no basta con amar al otro, sino que hay que saber cómo hacerlo:
–Buena comunicación. El amor no puede mantenerse sin tener una buena comunicación entre los cónyuges. Para ello, hemos de saber escuchar mostrando interés por todo lo que dice nuestra pareja y por todo lo que le rodea, su vida, su trabajo, etc. Debemos buscar ratos de intimidad donde la conversación sea fluida y no sea interrumpida por los hijos, teléfono, etc.
–Complicidad. Nuestra pareja debe ser en todo momento nuestro cómplice, debe conocer nuestros sentimientos, emociones e intimidades. Debe ser nuestro compañero y amigo que nos acompaña y nos apoya en todo momento y quien nos ame incondicionalmente sin esperar nada a cambio.
–Cuidar los detalles. Los pequeños detalles son muy importantes en una relación, tanto los positivos como los negativos. Estar pendiente de nuestra pareja y adelantarnos a sus necesidades sin que el otro tenga que pedir ayuda o sorprenderla con una cena o un regalo inesperado, son detalles que alimentan la relación. Por otro lado, también debemos evitar esas pequeñeces que tanto desagradan a nuestra pareja y que a fuerza de repetirlas resultan imposibles de soportar.
–Respeto hacia la pareja. En toda relación debe primar el respeto y la confianza. No debemos caer nunca en los insultos o descalificaciones. Hay que cuidar el trato que tengamos con nuestro cónyuge para que en ningún momento resulte ofensivo. En las discusiones, debemos evitar siempre los gritos, insultos o malos gestos, de lo contrario se perdería el respeto por la pareja y la relación se deterioraría siendo casi imposible recuperarla.
NI UNO DELANTE NI OTRO DETRÁS
En cierta ocasión, y es esta una anécdota real, el alcalde de una ciudad y su esposa visitaron una fábrica. Al finalizar el acto, Antonio, un obrero, se acercó; era un compañero de instituto. Tras despedirse, el alcalde dijo a su mujer: “Estarás contenta de haberte casado conmigo y no con Antonio”. “¡Eres tú quien debe estar contento!”, respondió ella. “¡Si me hubiera casado con Antonio, ahora él sería el alcalde!”.
Esta pequeña historia recoge un viejo tópico: el gran hombre siempre tiene detrás a una mujer que le ayuda a triunfar. Pero en la pareja actual nadie está detrás, los dos se encuentran uno junto al otro, aunque tener al lado a la persona adecuada influye en el éxito o fracaso de una vida. No se trata de dominar ni ser dominado, sino de encontrar un equilibrio de fuerzas entre los dos componentes.
Hoy en día el amor está en horas muy bajas. Y el matrimonio por los subsuelos. Tengo amigas de 40 años o más, con varios hijos a cuestas, que por Internet le son infieles a sus maridos no menos de dos o tres veces cada día con varios hombres distintos, y en carne y hueso casi que no menos de una vez por semana. Es horrible, patético y denigrante para todos como raza humana tales comportamientos. No hay más que infidelidades. No me extraña que los más jóvenes cada vez sean más salvajes en su manera de actuar hacia el otro sexo y hacia sí mismos pues el ejemplo que reciben hasta de sus propios padres no es tampoco demasiado edificante.
Sus maridos no es que sean mucho mejores y probablemente se comporten de igual modo que ellas, por eso digo que el amor pasa por serias dificultades, más en una época donde sólo prima la carne, la carne y la carne. Estoy hastiada de ver matrimonios deshechos, que siguen juntos porque la vida les resulta así mucho más cómoda que echarle narices y empezar una nueva vida (sana), sin respeto por el otro miembro, y lo que es peor, ni por ellos mismos; porque esta actitud es igual a la de ese borracho que sin despegarse de su amada (pero enfermiza) botella continúa negando la evidencia de que es un miserable alcohólico y sigue actuando de la misma manera deplorable sin aceptar que se está ahogando aunque en verdad ya note que se siente mal, hundido.
Hoy sólo se piensa en la satisfacción carnal, hombres y mujeres, y no digo que esté mal, pero sí cuando todo se reduce a eso en vez de emplear tanta energía en mejorar tu matrimonio o, si se ha acabado, iniciar otra vida sentimental donde de verdad prime el amor. Tanto sexo con desconocidos sin ningún tipo de contrapartida (ni siquiera satisfacción emocional) más que el ansia de meter o ser metida en un puro arrebato sin sentimiento, es como aquel que se pasa con un mismo tipo de alimentación y acaba sumido en la depresión y la decadencia. El comer sólo pasteles, por muy dulces y atractivos que nos resulten a la vista e incluso al paladar, solamente conlleva a lo negativo, tanto corporal como también a la obesidad del alma. No sé si me explico.
Ya nadie aguanta nada en el matrimonio. El amor también es sacrificio, pero el amor renquea moribundo. Todos buscamos lo más fácil. Nos cansamos en seguida de aquel o aquella que tenemos a nuestro lado y siempre pensamos que lo otro, no sabemos bien qué, algo etéreo, un espejismo, es muchísimo mejor. Así veo a mis amigas de 40 años todavía, a mitad de su vida: demacradas, viejas, solitarias… y tristes, muy tristes, por más orgasmos que logran alcanzar con todo aquel que se le cruza por alguna red social mientras sus maridos miran el fútbol, deseando ser queridas pero sin cimentar una base sólida para poder serlo. ¡Y quejándose encima de su mala fortuna!