Sabemos que determinados artistas, a principios del siglo XX, como Picasso, Braque, Matisse…, apreciaban y se sentían atraídos por las esculturas negras de África u Oceanía, en un momento en que todavía no existía un comercio ni una aceptación por este tipo de objetos. Por otra parte, Cicek, artista que participó en el Sezessionstil austriaco, movimiento paralelo al Art Nouveau belga y francés y al modernismo español, creó, por primera vez, un taller de arte infantil. Comprendió la capacidad creadora innata que tienen los niños y les dio la oportunidad para que se expresaran libremente.
El arte o creatividad de los primitivos, niños, naifs o los enfermos mentales no solamente ha preocupado o interesado a los artistas, sino que ha sido el centro o motivo de estudio para distintos profesionales: psicólogos, psiquiatras, pedagogos, enseñantes, antropólogos… que han visto en su expresión todo un proceso terapéutico en unos casos y en otros una manera de comprender y valorar los estados anímicos y la relación con el mundo circundante que tienen los niños o los adultos con problemas mentales.
ARTE DE LOS PRIMITIVOS
Todos los pueblos que no tienen un desarrollo ni industrial ni tecnológico y que están, por tanto, en estadios retrasados con relación a los países avanzados, conservan una expresión pura, lejos de toda imitación. Estos “artistas” mantienen ese grado de espontaneidad y connotación mágica que nos conmueve cuando contemplamos sus creaciones.
Sus obras tienen un enigma especial y son ciertamente la supervivencia de un arte primero: el origen y la raíz de la creación artística.
ARTE DE LOS NIÑOS
Los niños, cuando tienen un ambiente idóneo, factor que no se da con frecuencia en nuestro sistema educativo, desarrollan una actividad creativa y lúdica muy interesante. No necesitan copiar para crear su propio lenguaje.
Desde los primeros gestos gráficos hasta sus obras, marcadas por un realismo conceptual, se advierte un afán para inventar y manejar todo tipo de materiales y texturas. El niño, al pintar, dibujar o construir, lo que hace fundamentalmente es expresarse. Eso no es óbice para que desde una cierta distancia, y con una visión esteticista, podamos afirmar que sus trabajos tienen mucho de obras artísticas. Sin embargo, esto no debe ser nunca un tema de discusión y de enfrentamiento, sino, más bien, el motivo de potenciar las posibilidades de una pedagogía del arte coherente. Por otra parte, los niños nunca valorarán sus obras como artísticas, dado que les importa los momentos de diversión que les proporciona, no atendiendo, por lo general, al resultado obtenido.
ARTE NAIF
Es muy difícil dar con una definición absolutamente clarificadora y que sirva para todos los artistas de lo que es el arte naif. Incluso muchos artistas se niegan a que se les ponga este calificativo o el de “ingenuos”. Quizá lo que más puede identificar a todos estos creadores es su falta de técnica aparente y su sentido de la espontaneidad. Es importante destacar cómo hay artistas que aprovechan determinadas modas y se convierten en falsos naifs sin ninguna sinceridad en sus planteamientos.
Normalmente se relaciona el arte naif con la línea de pintores que, partiendo de Henri Rousseau, pintor ocasional de “Domingo”, llega hasta los pintores que tienen otro oficio distinto al de pintor, y o bien en los ratos de ocio, o al llegar su jubilación se dedican, sin técnica académica, a crear cuadros, esculturas, etc. En algunos casos estos artistas llegan a los circuitos comerciales.
ARTE DE LOS ENFERMOS MENTALES
Algunos enfermos mentales consiguen expresarse gráficamente de una forma original. Su trabajo creativo se utiliza, con frecuencia, para descifrar el enigma de esas mentes trastornadas, pero sobre todo tiene, según admiten muchos psicólogos y psiquiatras, un gran valor como terapia.
Algunos se preguntan cómo estas personas que, en su vida anterior, no han tenido ninguna predisposición ni facilidad para la expresión artística puedan, en un grado de esquizofrenia determinado, conseguir esos resultados plásticos. La respuesta puede estar en que estos individuos rompen con una serie de moldes y de condicionantes y se dirigen o regresan hacia los orígenes y a las raíces de la expresión más directa y espontánea.
PUNTOS EN COMÚN ENTRE LA EXPRESIÓN DE LOS PRIMITIVOS, LOS NIÑOS Y LOS ENFERMOS MENTALES
-Se expresan, por lo general, con una gran ingenuidad y espontaneidad.
-Las formas y los colores no corresponden a la realidad externa, sino a una expresión de sensaciones internas.
-Su arte es conceptual. Expresan lo que conocen, lo que valoran.
-En todos hay una falta de conciencia artística.
-Su creación se convierte en un proceso lúdico, terapéutico y catártico.
-El encuentro con la materia se lleva a cabo con alto nivel perceptivo.
-Se manifiestan con una gran sinceridad.
-La obra acabada no tiene para ninguno una valoración “supranormal”.
-Se apartan de todo tipo de convencionalismo espacial.
-Sus obras tienen una gran carga simbólica.
PUNTOS EN COMÚN ENTRE LOS PRIMITIVOS, LOS ENFERMOS MENTALES Y EL ARTE NAIF
-Su expresión es ingenua.
-Carecen de dominio técnico desde un punto de vista académico.
-Manifiestan una libertad en la composición y en la utilización del color.
-Sus obras contienen un sentido lúdico, tanto en el proceso de realización como en su contemplación visual.
DIFERENCIAS ENTRE EL ARTE NAIF Y LOS PRIMITIVOS, LOS NIÑOS Y LOS ENFERMOS MENTALES
-Los naif valoran el resultado de su trabajo, por lo general, y les gusta que se reconozca socialmente, tanto estética como crematísticamente.
-Se consideran “artistas” en el sentido tradicional de la palabra.
-Su creatividad se ve condicionada, en algunos casos, por un mimetismo hacia lo infantil.
-Los autores son personas con unas características muy determinadas: vocaciones tardías, jubilados, pintores de domingo o de vacaciones, etc.