La Torre de Londres

Fueron muchos los personajes de relevancia que tuvieron la desgracia de sufrir penalidades y tormento entre las paredes de esta enorme fortificación todavía impregnada de su historia.

La Torre de Londres

Hoy es básicamente una atracción turística, pero la Torre de Londres, concebida para la conquista y emblema de la muerte violenta, es asimismo uno de los lugares históricos más sangrientos, y también, en la opinión de algunos, uno de los más frecuentados por los fantasmas. Durante siglos, la Torre ha servido de fortaleza, castillo, depósito, arsenal e incluso zoológico. Pero en el entretejido de la historia británica ocupó un lugar preeminente como cárcel y patíbulo, escenario de innumerables ahorcamientos, quemas, descuartizamientos y decapitaciones. En ella, los nobles encontraban la muerte por antojo real, y el hacha del ejecutor reclamaba incluso la cabeza de los monarcas.

Vista aérea de la Torre de Londres, oficialmente Palacio Real y fortaleza de Su Majestad.La Torre se remonta a tiempos remotos. Cuando Guillermo el Conquistador derrotó a los sajones en el siglo XI, encontró, todavía en pie a orillas del Támesis, tramos de la antigua muralla romana. Su localización tenía un atractivo estratégico y el rey decidió erigir una fortaleza a su amparo. Por el momento, se conformó con un rudo campamento militar, pero, en 1078, inició la construcción de un vasto edificio de piedra que cumpliera al mismo tiempo la función de fortaleza y palacio. Se trataba de la Torre Blanca, que todavía hoy se alza con pocas transformaciones como monumento arquitectónico normando. Constituye el núcleo de la Torre de Londres, que no se compone de un solo edificio, sino que es una extensión de dieciocho acres con un complejo de torres, patios, almenas, casas y otras estructuras.

La Torre Blanca, el alojamiento de Su Majestad y la torre principal por excelencia.La mayoría de sucesores del rey Guillermo introdujeron modificaciones en la Torre, en aras de perfeccionar sus fortificaciones o extender sus funciones. En el siglo XIII, por ejemplo, Enrique III y Eduardo I invirtieron colosales sumas en la elaboración de planos para el complejo, algunos de los cuales se diseñaron con la intención de hacer más confortables los aposentos reales.

Plano de la Torre en 1597.Pero a finales del siglo XVI, dejó de utilizarse como residencia real y tomó la función principal de prisión y alojamiento de las oficinas gubernamentales. Finalmente, sus aplicaciones penales y burocráticas cayeron en desuso, y la edificación se convirtió en lo que es en la actualidad: una imponente atracción para el turismo que alberga, entre otros tesoros nacionales, las joyas de la Corona.

Recinto de la Torre de Londres en donde se encuentran las joyas de la Corona británica.La Torre de Londres da fe de la grandeza de la historia de Inglaterra, así como de su periódica y perversa crueldad. Los largos siglos de ineficacia monárquica tal vez hayan alterado los detalles y características de su estructura, pero las delicadas revisiones arquitectónicas no han podido expugnar a la Torre de su marcado legado de muerte ni exorcizar su suelo sangriento.

Foso de la Torre de Londres, cavado originalmente por William Longchamp (s. XII).Cuenta la leyenda que el complejo está habitado por el espíritu de muchos presos que sufrieron entre sus lúgubres muros. La evidencia de que realmente existan estos fantasmas sin reposo (de los que a continuación vamos a tratar algunos) es puramente anecdótica, pero las historias de apariciones persisten, y se ciñen con insistencia a la Torre como lo hace la niebla londinense a sus frías piedras grises…

Lugar donde se hallaba el patíbulo en la Torre Hill y en el que se llevaron a término numerosas ejecuciones públicas de famosos traidores.LA VÍCTIMA DESCONOCIDA
No todas las víctimas de la Torre murieron en el interior de su recinto. Muchas eran llevadas de la prisión a la Torre Hill, en el exterior del perímetro amurallado para ser eliminadas. En general, sus cadáveres se devolvían al complejo para ser enterradas. Durante la Segunda Guerra Mundial, un centinela que hacía la guardia nocturna se sobresaltó al contemplar una grotesca comitiva que se aproximaba a su puesto. Varios individuos con uniforme de otros tiempos portaban una camilla. En ella yacía un hombre decapitado, con la cabeza entre uno de sus brazos y el torso. El cortejo desapareció a escasos pasos del vigilante, quien describió con precisión la indumentaria que llevaban en la Edad Media los hombres del gobernador, encargados de devolver los cadáveres a la Torre para darles sepultura.

EL PRINCIPITO
Eduardo V y el duque de York en la Torre de Londres (visión del pintor Paul Delaroche).A la muerte de Eduardo IV en 1483, su hijo de doce años subió al trono como Eduardo V, y Ricardo, hermano menor del nuevo monarca, se convirtió en duque de York. Su tutor era su tío también Ricardo, duque de Gloucester, quien codiciaba el trono para sí. Él logró que declararan ilegítimos a los muchachos, y a partir de entonces se coronó como Ricardo III. Los chicos fueron confinados a la Torre y desaparecieron de la historia. Nunca salió a la luz prueba alguna que relacionara al antiguo duque con la desaparición de sus sobrinos. No obstante, la leyenda sostiene que los niños fueron asesinados en la Torre Sangrienta, lugar que posiblemente tomó su nombre del presunto incidente. (La torre se denominó inicialmente Garden Tower, ya que se encuentra al lado del jardín, pero recibió su nombre actual durante el periodo de reinado de los Tudor.) Se dice que aparece el espíritu de los pequeños príncipes, en camisón y cogidos de la mano, en los alrededores de la Torre Sangrienta y en el resto de edificios del complejo.

Thomas Becket es venerado como santo y mártir por la Iglesia católica y la Iglesia anglicana.THOMAS BECKET
Becket fue canciller de Inglaterra y amigo íntimo de Enrique II, pero cuando el rey lo nombró arzobispo de Canterbury, se produjo entre ellos una fisura. Enrique esperaba que su viejo amigo se pusiera de su parte en su incesante disputa con la Iglesia católica ya que anhelaba ser el soberano absoluto, tanto de su reino como de la Iglesia, basándose en las costumbres ancestrales de sus antepasados, queriendo eliminar los privilegios adquiridos por el clero inglés que consideraba disminuían su autoridad. Pero Becket antepuso la Iglesia a su rey, y en 1170 el monarca, como represalia, envió a tres asesinos que le apuñalaron hasta causarle la muerte. Becket fue canonizado tres años más tarde, y Enrique, al que tal hecho había provocado su excomunión, tuvo que ceder a las demandas de la Iglesia y cumplir condena por el asesinato de su amigo y poder así ser rehabilitado. A pesar de que Becket no murió en la Torre, al parecer eligió el lugar para tomar venganza. Enrique III ordenó construir allí otra torre y un puente colgante, que casi llegaron a concluirse en dos ocasiones, aunque fueron destruidos, una vez a causa de una tormenta, y otra sin motivo aparente. Un sacerdote declaró que había visto el fantasma del arzobispo que golpeaba la construcción de piedra con su cruz.

ENRIQUE VI
Enrique VI de Inglaterra, único hijo de Enrique V y de Catalina de Francia.Rey (de 1422 a 1461) piadoso pero de débil voluntad, Enrique VI gastó la mayor parte de las reservas del reino en la guerra de las Rosas (en alusión a los emblemas de las dos casas, la rosa blanca de York y la roja de Lancaster), que pretendían el trono de Inglaterra, por origen común en la casa de Plantagenet, como descendientes del rey Eduardo III, justificándose en los ataques de locura que padecía el soberano desde 1453. El monarca, partidario de Lancaster, acabó encarcelado en la Torre cuando un oponente yorkista subió al trono para convertirse en Eduardo IV. En la noche del 21 de mayo de 1471, Enrique fue asesinado a puñaladas, probablemente por orden de Eduardo, mientras rezaba en el pequeño oratorio de la Torre Wakefield. Se asevera que su fantasma ha sido visto sentado en el exterior del lugar donde murió, con las manos unidas en una plegaria.

EL HOMBRE DE LA CAPA
Una noche, a finales de la década de los sesenta (s. XX), un centinela que hacía la guardia entre las torres Wakefield y Lanthorn se precipitó en su garita temblando de miedo: “¡El hombre de la capa, el hombre de la capa!”, jadeó. Cuando se calmó un poco, explicó que una figura envuelta en un manto había aparecido de entre las sombras durante su ronda. El soldado estaba a punto de enfrentarse al intruso anónimo cuando se dio cuenta de que estaba decapitado.

EL DUQUE DE MONMOUTH
James Crofts era hijo ilegítimo de Carlos II. Su padre, que no tenía heredero legal, reconoció al joven Jamie, a quien adoraba, y lo nombró duque de Monmouth. El sucesor de Carlos iba a ser su hermano Jacobo, católico y por lo tanto poco popular en la Inglaterra protestante. Se originó un movimiento que perseguía la proclamación de legitimidad de Monmouth y su derecho al trono, pero Carlos prefirió no entrometerse en la sucesión y su hermano se convirtió en el rey Jacobo II en 1685. Monmouth intentó sin éxito reclamar por la fuerza su derecho a la Corona y el monarca lo confinó a la Torre por traición. Aquel mismo año, tras la proclamación de Jacobo, el joven duque fue decapitado. La leyenda refiere que se pintó un retrato de Monmouth después de su ejecución, ya que no había imagen oficial del duque, por lo que se exhumó su cadáver, se cosió la cabeza al cuerpo y de esta guisa posó para el pintor. Un fantasma con atuendo de caballero, posiblemente el espectro de Monmouth, se cuenta que ha sido observado por las almenas que conectan la Torre de la Campana y la de Beauchamp.

Margaret Pole, octava condesa de Salisbury, fue el último miembro legítimo de la dinastía Plantagenet y cruelmente ajusticiada por órdenes de Enrique VIII.LA CONDESA DE SALISBURY
La implantación de la dinastía Tudor supuso una amenaza de muerte para los Plantagenet, la anterior familia real. Margaret Pole, octava condesa de Salisbury, fue la última mujer de este linaje. A pesar de tener casi setenta años y ser políticamente inofensiva, Enrique VIII ordenó su degollación en 1541 bajo el falso cargo de traición. Ya que era de cuna noble, su ejecución no fue pública, así que solamente a centenar y medio de testigos se les permitió el acceso al lugar. Pero la orgullosa Margaret, llevada ya a la fuerza hasta el patíbulo, rechazó en él inclinarse sobre el bloque de decapitación y le dijo a su verdugo que si quería su cabeza, debería arreglárselas como mejor pudiera, echando a correr ante su ejecutor, quien tuvo que perseguirla alrededor de la Torre Verde, hiriéndola gradualmente y en numerosas ocasiones en la espalda, cuello y cabeza hasta darle muerte. Algunos afirman que su fantasma reconstruye la horripilante escena en su aniversario, cada 27 de mayo. Fue sepultada en la capilla de San Pedro, en el interior de la Torre de Londres.

GUILFORD DUDLEY
Lord Guilford Dudley fue el esposo de Jane Grey, quien ocupó el trono inglés del 10 al 19 de julio de 1553.Enfermizo y menor de edad al subir al trono, Eduardo VI, el tercer monarca de la dinastía Tudor, fue instrumento de los nobles ambiciosos. Uno de ellos era John Dudley, duque de Northumberland, que casó a su hijo Guilford Dudley con lady Jane Grey con la esperanza de atraer hacia su familia la Corona. Lady Jane, sobrina de Enrique VIII, tenía una tenue conexión con el trono. Cuando el rey Eduardo se hallaba en su lecho de muerte, Northumberland lo convenció para que nombrara a Jane su sucesora; pero tras el fallecimiento del monarca, el pueblo pronto aclamó a María, hija de Enrique y Catalina de Aragón, como legítima heredera. Reina por menos de dos semanas, Jane fue encarcelada en la Torre junto a su esposo, y al poco tiempo ambos fueron decapitados pues María temía que si lady Jane Grey seguía viva pudiera organizar revueltas contra su reinado. Se dice que el fantasma de Dudley en ocasiones se sienta a llorar cerca de la ventana de la Torre Beauchamp, como hacía el propio Guilford mientras esperaba su ajusticiamiento.

Ana Bolena en la Torre de Londres. Reina consorte de Inglaterra por su matrimonio con Enrique VIII.ANA BOLENA
Ana Bolena, segunda de las seis esposas de Enrique VIII, perdió el favor del rey cuando no pudo darle un heredero varón, y cuando el ojo errabundo del monarca se posó en Jane Seymour. Enrique sentenció a muerte a Ana, con la dudosa acusación de adulterio y traición. A petición de la reina, se trajo de Francia un espadachín para su ejecución, porque temía ser mutilada bajo la tosca hacha, que a menudo era incapaz de cortar la cabeza de un solo golpe. La joven murió acuchillada en la Torre Verde en 1536 y fue enterrada en la capilla real de San Pedro ad Vincula. Su espectro, con cabeza y sin ella, se ha contemplado en el oratorio y otras partes de la Torre. Allí, una fantasmal Ana Bolena conduce una procesión de damas y caballeros que se pasean arriba y abajo y luego desaparecen.

Exterior de la capilla real de San Pedro ad Vincula, parroquia del recinto, conocida por ser el lugar de enterramiento de algunos de los más famosos prisioneros ejecutados en la Torre de Londres.Con respecto a esta parroquia, el historiador y político Thomas Macaulay homenajeó a los enterrados en dicha capilla en su ‘Historia de Inglaterra’ de 1848 con las siguientes palabras: “En verdad no existe un lugar más triste en la tierra que ese pequeño cementerio. Ahí la muerte se asocia, no como en la abadía de Westminster y San Pablo, con el genio y la virtud, con la veneración pública y el renombre imperecedero; no como en nuestras iglesias y cementerios más humildes, con lo más hermoso de la caridad social y doméstica, sino con lo más oscuro de la naturaleza humana y del destino humano, con el triunfo salvaje de enemigos implacables, con la inconstancia, la ingratitud, la cobardía de los amigos, con todas las miserias de la grandeza caída en desgracia y de la fama arruinada. Hacia allá fueron llevadas, en sucesivas épocas, por las rudas manos de los carceleros, sin un solo doliente que las acompañase, las sangrantes reliquias de hombres que fueron capitanes de ejércitos, líderes de partidos, oráculos de senados y ornamento de tribunales”.

Walter Raleigh (1552-1618) fue un marino, corsario, escritor, cortesano y político inglés.SIR WALTER RALEIGH
Soldado, aventurero, estudioso y científico, este hombre era uno de los favoritos de Isabel I. En 1592, disgustó a la reina, tras seducir y desposar secretamente a una de sus damas de honor, por lo que se ganó una breve estancia en la Torre, pero sus auténticos problemas empezaron en 1603, cuando Isabel murió y Jacobo I subió al trono. El nuevo monarca sospechaba que Raleigh planeaba una conspiración contra su persona y lo declaró culpable de traición, pero la estima que el pueblo le profesaba obligó al rey a aplazar la sentencia de muerte. En conjunto su segunda reclusión no fue demasiado austera. Con él se encontraba su familia, y tenía libertad para recibir visitas, hacer ejercicio, escribir y llevar a cabo experimentos científicos. En 1616 fue liberado para viajar al Nuevo Mundo en busca de oro. Pero la expedición fracasó en su propósito, y en su transcurso, Raleigh violó las órdenes reales de no interferir en las posesiones españolas. España clamó venganza, y en 1618 Jacobo hizo que lo decapitaran por el antiguo cargo de traición del que no había sido exonerado. Una almena anexa a sus aposentos en la Torre Sangrienta tomó el nombre de Paseo de Raleigh porque solía recorrerla con frecuencia. Se dice que en las noches de luna llena su fantasma camina aún por sus corredores.

EL OSO FANTASMA
En el invierno de 1815, un centinela hacía guardia en la entrada de la Torre Martin cuando, al dar la medianoche, divisó un oso gigantesco que se alzaba bajo la puerta. El vigía arremetió con la bayoneta, pero el arma atravesó el vacío y se clavó en la puerta de roble. El aterrorizado hombre se desplomó. Al día siguiente se encontró en condiciones de contar su historia, pero a la posterior mañana murió, se afirma que de miedo. Aunque es cierto que se aparta del fantasma de hombres y mujeres en la Torre, la aparición de un oso no es tan descabellada como podría parecer. Enrique I fue el primer rey que dispuso un zoológico en el lugar, y la costumbre persistió durante siglos. Leones, tigres, cebras, monos, hienas e incluso elefantes, así como osos, se alojaban de vez en cuando en el recinto. El zoológico no se eliminó hasta 1835, cuando un león hirió a un soldado.

EL CONDE DE NORTHUMBERLAND
Henry Percy (1564-1632). Su leve sordera y ligero impedimento del habla no le frenaron para convertirse en una importante figura intelectual y cultural de su generación.En el año 1605, el rico erudito Henry Percy, noveno conde de Northumberland, fue sentenciado a la Torre acusado de connivencia en la conspiración de la pólvora, cuyo propósito era hacer volar el Parlamento, y con él al rey Jacobo I, acción que pretendía ser la señal para un gran levantamiento de los católicos ingleses, descontentos por las severas medidas penales adoptadas contra ellos. Estuvo confinado en ella dieciséis años, hasta que compró su libertad por 30.000 libras. Como sir Walter Raleigh, su vida en la Torre fue relativamente agradable. La mayor parte del tiempo tenía consigo a sus hijos y gozaba de libertad para reunir a su alrededor a otros presos instruidos -Raleigh entre ellos- con los que creó seminarios científicos y literarios. El hecho de que el conde tuviera un trato privilegiado y se le permitiera abandonar su presidio con la cabeza sobre los hombros, al parecer no le impidió aparecer como espectro. Se cree que su fantasma se pasea por las almenas anexas a la Torre Martin, donde, en vida, acostumbraba a tomar el aire.

EL FRASCO FANTASMA
Uno de los espectros más extraños de la Torre apareció en una sola ocasión y ha desafiado reiteradamente todos los intentos de identificarlo o encontrarle una explicación. Una noche de octubre de 1817, Edmund Lenthal Swifte, vigilante de las joyas de la Corona, cenaba con su familia en la Torre Martin, donde se guardaba entonces el tesoro real (en la planta baja, mientras que el guardia vivía en el piso superior). De pronto, su esposa exclamó: “¡Dios mío! ¿Qué es esto?”. Swifte levantó la vista y contempló lo que parecía un cilindro de cristal de unos siete centímetros de diámetro lleno de unos líquidos azul claro y blanco que se arremolinaban en su interior. Los colores se agitaron y entremezclaron al tiempo que el frasco se cernía sobre la mesa y empezaba a desplazarse hacia la mujer. Esta se encogió y gritó: “¡Oh, Cristo, se ha apoderado de mí!”. Swifte se levantó de un salto y arrojó una silla contra el objeto, que desapareció de inmediato y no volvió a ser visto.

Preparación para la ejecución (según Paul Delaroche) de Juana de Inglaterra (1537-1554), segunda mujer en acceder al trono inglés (durante nueve días en 1553).LADY JANE GREY
En Inglaterra tener sangre real tanto podía ser un honor poco común como una mancha sangrienta, como le ocurrió a lady Jane Grey, víctima de la frustrada conspiración de su suegro para convertirla en reina. Jane murió bajo el hacha de la Torre a la temprana edad de quince años. Antes de morir, vio a través de la ventana de su celda cómo se llevaban a la Torre Hill a su joven esposo para ejecutarlo. Más tarde, aquel mismo día 12 de febrero de 1554, fue decapitada en la Torre Verde. El fantasma de Jane fue avistado en 1954, cuando en el aniversario de su muerte un guarda observó una forma blanca en la almena de la Torre de la sal. Al contemplarla, la masa nebulosa adquirió el aspecto de lady Jane. El centinela llamó a un compañero, quien también presenció la aparición de la reina.

Salón del trono en la Torre Wakefield, la más grande en la Torre de Londres además de la Torre Blanca.Durante más de nueve siglos, pues, la Torre de Londres ha sido sinónimo de terror debido a que se trata del sitio en el que fueron encerrados todos aquellos que ofendían al monarca, conspiraban contra él o simplemente molestaban, impregnando este recinto histórico de un hechizo y misterio inefable. La mayoría de los presos malvivieron en condiciones espantosas y nunca salieron de allí con vida; incluso fueron torturados de la manera más brutal e inhumana antes de ser ajusticiados en la cercana Tower Hill (“colina de la Torre”). Como hemos visto, someramente tan solo, fueron muchos los personajes de gran relevancia que tuvieron la desgracia de sufrir desdichas y padecimientos entre las paredes de este implacable lugar: entre los que se incluyen reyes derrocados, aristócratas, clérigos… acusados de felonía, conjura, adulterio… hombres, mujeres, niños y ancianos. Hoy el emplazamiento es apenas una atracción turística donde además de los edificios se pueden ver las joyas de la Corona británica, una colección de armaduras reales y restos de la muralla romana.

Beefeaters, guardianes ceremoniales de la Torre de Londres y una de sus principales atracciones.El control de la Torre corre a cargo de los alabarderos, conocidos popularmente como beefeaters, que actúan como guías turísticos siendo ellos mismos un divertimiento. Cada tarde los guardias participan en la ceremonia de las llaves que asegura las instalaciones durante la noche. Todos son personas retiradas de las Fuerzas Armadas británicas con veintidós años de servicio al menos. Deben ostentar también la medalla a la buena conducta.

La leyenda cuenta que si algún día los cuervos de la Torre de Londres dejan el lugar o vuelan demasiado lejos, la Torre caerá... y con ella el Reino Unido.Según manda una antigua tradición relacionada con la protección de la Corona, si los seis cuervos cautivos que viven en la Torre de Londres, los residentes más famosos que se mantienen en el lugar, desaparecieran algún día, se caería la Torre, y con ella la monarquía. Con el fin de evitar tal catástrofe, uno de los guardias que protegen el sitio, conocido como ravenmaster (“maestro de los cuervos”), cuida de ellos y les corta los extremos de una de las alas para evitar que se escapen. Conforme al folclore, se cree que los cuervos salvajes habitaron el complejo durante muchos siglos, aparentemente atraídos por el olor de los cadáveres de los enemigos ajusticiados. Al parecer, en la ejecución de Ana Bolena, “incluso los cuervos de la Torre permanecían silenciosos e inmóviles en las almenas y miraban misteriosamente a la extraña escena: ¡una reina a punto de morir!” (literarias palabras del general, escritor y guardián de las joyas reales George Younghusband). Supuestamente, los cuervos se comportaron mucho peor durante la ejecución de Jane Grey, picoteando los ojos de la cabeza cortada de la reina. Curiosamente, en 1990 un cuervo llamado Norman Hood murió en su habitación en los terrenos de la Torre. El maestro cuidador informó que las aves parecían estar al tanto de esa muerte, pues pronto se reunieron en la Green Tower, cerca de la capilla, y luego se callaron, como para rendirle respeto. La idea no debe descartarse, ya que se ha descrito ampliamente que los cuervos celebran algo parecido a un funeral, en el que lloran y luego se agrupan alrededor de un pájaro muerto en silencio.

La Torre es, sin duda, un espacio cargado de historia y de momentos apasionantes, algo que la convierte en una de las visitas imprescindibles de Londres.

El "cómo me llamo" marca nuestra vida. El nombre es nuestra tarjeta de presentación, aquello que para bien o para mal nos distingue de la masa. Nos singulariza aunque, a veces, en demasía. Lo que para unos es motivo de orgullo, parte esencial de su ser, incluso un fragmento de su propia alma, para otros es una pesada carga difícil de llevar y dura de soportar.

Morir y resucitar a voluntad. Un túnel oscuro, una luz al final; el reencuentro con familiares y amigos ya fallecidos; la visión y el contacto con el ángel de la guarda... Y regresar para contarlo. La muerte podría dejar de ser un lugar somático para convertirse en un lugar en la conciencia. Lo que en definitiva siempre fue: un estado de ánimo.

La Atlántida, el paraíso perdido. Una isla misteriosa y un pueblo fundador de una cultura brillante. El continente de la Atlántida continúa siendo uno de los enigmas más sorprendentes de la historia. Si es cierto que existió, fue una civilización como no ha habido nunca otra igual. ¿Hubo algo de verdad? ¿Encontraremos algún día restos que den sentido a los testimonios?




MUY IMPORTANTE: Revista CAOS se define a sí misma como una web solidaria, es por ello que desinteresadamente deseamos lanzar una campaña de concienciación de nuestros corazones. Observamos con desasosiego que estamos perdiendo humanidad. Salvo en situaciones muy concretas de gran resonancia mediática, cada vez nos cuesta más mostrar afecto por el desconocido, ofrecer ayuda si a cambio no vamos a sacar una contrapartida por pequeña que esta sea… y resulta intolerable. No podemos hacer de este mundo algo tan horrible, tan egoísta, tan frío, tan falto de vida, por ello animamos a todo aquel que visita nuestra página a una reflexión sincera que le empuje a activarse y participar en alguna asociación de ámbito local que ayude a los más necesitados, a los faltos de recursos, ancianos, niños, discapacitados, enfermos terminales, que se preocupe por el cuidado del medioambiente, en contra de la crueldad con los animales… Y no hablamos sólo de dinero: dona ropa, sangre… levanta la vista, deja el teléfono móvil por un rato y ofrece tu tiempo, amistad, apego, conocimientos profesionales… No hacemos publicidad de ninguna entidad en concreto para que cada cual escoja aquella que le haga sentir más a gusto y de ese modo asuma la causa ajena como propia. Estamos seguros que si cada uno de nosotros pone un pequeño granito de arena en su entorno, todos juntos, por extensión, haremos de este planeta un lugar mejor, un rincón del cosmos donde realmente merezca la pena vivir; y de paso erradiquemos ese mal humor perpetuo, esa falta de educación y ausencia de empatía que inunda las calles de nuestros barrios y ciudades. En nombre de todas esas personas a las que a diario regalas lo mejor de ti mismo y la mayor de tus sonrisas, de corazón: muchas gracias.

Deje su opinión

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

17 + 1 =