El mágico encanto de las velas

Las velas han estado siempre envueltas de un halo místico. Caer en su hechizo es una debilidad que sufre el hombre desde que Prometeo le robó el fuego a Zeus para ofrecérselo a los humanos.

El mágico encanto de las velas

Lo mismo son icono de relax y romanticismo que de la vida y la muerte. Están en todos los ritos, templos y hasta en los cumpleaños, porque de ellas depende que se cumpla un deseo. ¿Qué fuerza esconden esas pequeñas llamas que llevan una eternidad hechizando al hombre?

¿Quién no ha recurrido alguna vez a ellas para recrear un ambiente especial?Ante su luz se han enamorado amantes, se han escrito poemas, iluminado hogares e invocado dioses. Las velas han estado siempre rodeadas de un halo místico que nos atrapa a todos. ¿Quién no ha recurrido alguna vez a ellas para recrear un ambiente especial? Caer en su hechizo es una debilidad que sufre el hombre desde que Prometeo le robó el fuego a Zeus para ofrecérselo a los humanos y, desde entonces, las velas son protagonistas absolutas de nuestros pequeños y grandes rituales.

Con el simple gesto de encender una, iluminamos la oscuridad que rodea nuestras vidas con la energía vital que desprende su luz y que está al alcance de todos, porque para captar esa fuerza no hace falta ser un experto en control mental, meditación o yoga; sólo se necesita tener confianza y dejarse querer por su llama. Pero, ¿por qué las dotamos de tanta fuerza?

El desarrollo de la humanidad siempre ha estado asociado al fuego. Tenerlo o no marcó la diferencia entre vivir o morir. Las primeras civilizaciones lo adoraron y lo temieron. Conocieron su poder destructivo y su encanto. Lo utilizaron para defenderse de sus enemigos, para protegerse del frío, para iluminar y para espantar las tinieblas. Con el tiempo, se halló la manera de conservarlo artificialmente, por ejemplo en forma de velas, de modo que estas se convirtieron en representaciones del fuego. Y así hasta hoy, que lejos de perder actualidad regresan con fuerza.

Las velas transmiten energía y nos ayudan en la concentración. Al encender una se establece una correspondencia entre su luz y la luz interior de quien la prende.

Su luz convierte zonas corrientes en espacios fascinantes y recrea un ambiente cálido e intimista.También se han hecho imprescindibles en la estética del hogar. Su luz convierte zonas corrientes en espacios fascinantes y recrea un ambiente cálido e intimista, lo que las hace imprescindibles en una cena romántica o para evadirse en soledad mientras se contempla el danzante movimiento de su llama con el cuerpo sumergido en un baño aromático; todo un placer para aquellos que no pueden pasar a menudo por un spa.

La alta perfumería también ha caído en su hechizo aplicando en las velas aromas populares o los más exóticos aceites. El sentido del olfato está estrechamente ligado con lo emocional, por lo que disfrutar de la llama de la canela (afrodisíaca), el anís (sosegador)… nos permite revivir momentos relacionados con dichas emociones.

La licnomancia es la interpretación de la llama de la vela y es uno de los métodos más antiguos de adivinación que existen.Observar velas encendidas es incluso un arte consagrado en el tiempo llamado licnomancia, un ritual relacionado más con la adivinación, pero que no deja de tener un vínculo con nuestra manera de relajarnos ante esas tintineantes llamas que hacen que nos sintamos como aquellos dioses a los que una vez les arrebatamos el fuego.

Se utilizan también para determinados rituales siendo muy efectivas:

SIGNO ZODIACAL: COLOR DE LAS VELAS
ARIES: rojo. TAURO: azul claro. GÉMINIS: amarillo, dorada, azul oscuro. CÁNCER: blanco. LEO: naranja. VIRGO: amarillo. LIBRA: azul claro. ESCORPIÓN: rojo. SAGITARIO: lila. CAPRICORNIO: verde, marrón. ACUARIO: verde. PISCIS: lila.

UTILIZACIÓN DE LOS COLORES EN LOS RITUALES
Al encender una vela se establece una correspondencia entre su luz y la luz interior de quien la prende.BLANCO. Es una vela que puede usarse siempre y en todo momento, pues su misión es la de iluminar y potenciar todas las peticiones. Cuando no se tenga a mano otro color más apropiado para llevar a cabo un determinado trabajo espiritual, podemos usar una vela blanca con idénticos resultados. El blanco es la suma de todos los colores, es como un prisma que irradia toda la gama de luz reunidas en un punto. Es el color de la protección espiritual y purificación.

ROSA. Este color es apropiado para ser usado en casos de armonía de parejas y, sobre todo, es potenciado por las mujeres cuando las encienden para atraer el amor. Es un color protector y benéfico en todos sus aspectos pues reúne el rojo vital con el blanco purificador, lo cual da por resultado un suave ajuste entre la fuerza y la dulzura.

AMARILLO. Esta vela se relaciona con el dorado, con el color del sol, con la actividad que proporciona la luz solar. Se utiliza cuando se quieren obtener beneficios tanto materiales como espirituales. En el primer caso se relaciona con el trabajo, la sana ambición, la riqueza, la fortuna, el brillo y el esplendor. En el segundo supuesto con la claridad de pensamiento, la intelectualidad, la memoria, la luz espiritual y la evolución de la conciencia.

AZUL CLARO (Celeste). Este color de vela es usado para la armonía y la comunicación espiritual. Se le relaciona con los ángeles y el mundo celestial. En los problemas familiares actúa favorablemente, pues es un color de paz y armonía. También es usado para ayudar a los niños y a las personas que pasan por períodos de inestabilidad emocional. Es el color de la paz y la evolución espiritual.

AZUL ÍNDIGO (añil). Es la vela de la justicia, la ecuanimidad y frialdad. Actúa positivamente cuando queremos tranquilizar o ayudar a calmar a las personas enojadas. Si bien es un color que no se usa mucho en rituales religiosos ni mágicos, puede ser eficaz en muchos momentos en que se necesite mantener relaciones amorosas o promover una estabilidad en las relaciones. Es conveniente para aquellas personas que estudian o tienen un trabajo donde el nerviosismo es una constante. Esta vela es para los pedidos de justicia, orden, tranquilidad, enfriar relaciones.

VERDE. Esta vela porta un color neutral, pues no es frío ni caliente. Actúa sobre el sistema nervioso a modo de bálsamo, tranquiliza y activa centros energéticos que tienden a mejorar y estabilizar la voluntad curativa de las personas. Es el color de la esperanza y la naturaleza creadora, el color de vida en la tierra y sus hierbas curativas. Se usa principalmente para atraer la buena salud, la estabilidad emocional y promover situaciones que requieran prosperidad.

ROJO. Tiene una relación directa con la vitalidad, es un color activo, caliente, movilizador. En las velas es un color mágico y de poder, pues su vibración se hace sentir inmediatamente en el ser humano, tal vez por su correspondencia con el color de la sangre. Actúa sobre los pedidos de amor cuando es encendida por un hombre, despierta la vitalidad y la pasión, es activadora de emprendimientos y refuerza la acción y reacción.

MARRÓN. Este color de vela puede no ser muy recomendable para las personas sensibles en la meditación o el trabajo interior, pues puede crear una sensación de tristeza o depresión. En cambio, para aquellas personas con determinación o carácter dominante puede ser usado sin problemas. Atrae el trabajo, la estabilidad en el hogar, ayuda a superar situaciones penosas a través de un trabajo interior en el que nos enfrentamos a nuestros temores. Nos remite a las profundidades de lo inconsciente y sus fuerzas dominantes.

VIOLETA. Este color es liberador de culpas y de karmas pasados, pues se le relaciona con el fuego consumidor de traumas. Es un color que puede usarse en determinados momentos, pero no hacer de él una bandera constante, pues en exceso enfría y promueve el olvido de todo. Puede usarse para liberar a la persona de problemas emocionales como también para ayudar a abrir los caminos que se encuentran atascados por “extraños sucesos” que muchas veces se los asocia a trabajos de brujería. Este color ayuda mucho en situaciones de estrés o en los que se necesite de un auxilio rápido en problemas de justicia.

FUCSIA. Para casos en que se necesite aplacar a una persona soberbia o altanera. También es usado para mantener un lugar libre y en paz de injerencias de personas molestas. Libera eficazmente a la vez que atrae actividades propicias para quien esté en sintonía con las actividades creativas.

LAVANDA (o lila). Este es un color que en velas no es muy usado, pues tiene una tendencia a despertar en las personas ciertas facultades paranormales que no todos están dispuestos a asumir. Es una vela que no todas las personas pueden usar, no se ajusta a todos. Algunos se sentirán muy bien, en cambio a otros puede no ayudar para nada. Se relaciona con el espiritismo, la magia, los poderes psíquicos, la sensibilidad en general y con el ocultismo. En muchas ocasiones puede encenderse para atraer la armonía en la familia o favorecer la imaginación y la intuición.

FUERZA PARA BRILLAR CON LUZ PROPIA
Las velas se asocian a la magia porque desde el principio se usaron para “hablar” con los dioses. Una idea reforzada al asociar la vela en sí con el cuerpo del ser humano, el pábilo (mecha) con la mente y la llama con el espíritu. Su poder también reside en que sirven:

Con el simple gesto de encender una vela, iluminamos la oscuridad que rodea nuestras vidas con la energía vital que desprende su luz.PARA SIMBOLIZAR. En feng shui las velas son la energía Yang; es decir, el entusiasmo y la vida. Simbolizan los cuatro elementos de la naturaleza. La luz es el fuego que limpia la energía, la cera es la tierra que se licúa como el agua, para luego transformarse en gas como el aire. Colocadas en el sur o suroeste atraen la armonía y eliminan el estrés. PARA EVADIRSE. La aromaterapia aplicada a las velas influye doblemente en nuestro estado de ánimo. A la capacidad hipnótica y tranquilizante del fuego, se le une el poder evocador de las fragancias, que se propagan rápidamente gracias al calor de la lumbre. PARA SORPRENDER. Agrúpalas en distintos colores, tamaños y diseños. Llena con ellas el hueco de la chimenea, acércalas a un espejo o cuélgalas de un árbol para crear un espacio encantado. Si tienes una cena en casa, llena la bañera de agua y de velas acuáticas, sorprenderás a quien entre en el frío cuarto de baño con una atmósfera cálida.

El "cómo me llamo" marca nuestra vida. El nombre es nuestra tarjeta de presentación, aquello que para bien o para mal nos distingue de la masa. Nos singulariza aunque, a veces, en demasía. Lo que para unos es motivo de orgullo, parte esencial de su ser, incluso un fragmento de su propia alma, para otros es una pesada carga difícil de llevar y dura de soportar.

¿Por qué somos como somos? La personalidad se compone de tres estados básicos: padre, adulto y niño, que hacen actuar al individuo de una u otra manera, según sea el momento en que se encuentra. Cada una de ellas es una diferente manifestación del yo. Y de las tres formas puede reaccionar una persona ante una situación concreta.

Viejas canciones. Siempre están ahí: rondando en las veredas o en los patios de las escuelas, repetidas día tras día, sufriendo un proceso de trasvasamiento de generación en generación, pero conservando toda la esencia y la pureza del mensaje. Cuando uno las escucha, los recuerdos se afanan por rescatar los años pasados y volver a esos días.




Sobre Loli Álvarez

Tarotista titulada con muchos años de experiencia. Tiradas y cursos de tarot en consulta privada (horas concertadas). Barcelona (España). Tfno. 6 56 35 46 00

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