Los senos son una de nuestras armas de atracción, seducción y sensualidad; darles el cuidado adecuado y tener buenos hábitos podría ser clave para conservarlos jóvenes por más tiempo. Muchas de nosotras pensamos que no merece la pena preocuparse por nuestro pecho y que cuando este esté fláccido ya nos operaremos si nos apetece y listos, pero en verdad deberíamos tratar de conseguir que ese momento tan delicado tarde en llegar pues una operación siempre conlleva un riesgo, en cambio, intentar mantener nuestro pecho bien firme de una forma natural no es demasiado costoso. Para ello, simplemente hay que tener en cuenta una serie de sencillos consejos y llevarlos a cabo. Aquí están:
–Aplica diariamente una cantidad importante de crema hidratante por toda la zona para prevenir las estrías y la sequedad. Hay que aplicarla en sentido ascendente, insistiendo en el escote y llegando hasta el cuello, detrás de las orejas. A medida que pasen los años, la hidratación se puede complementar con productos específicos que aporten elastina, colágeno, vitaminas y extractos tonificantes, como el castaño de indias, y estimulantes, como la centella asiática.
-Mantén el cuerpo erguido, curvar la espalda hace que el pecho caiga. Establecer una buena postura tanto al caminar como al sentarse es clave para conservar la firmeza de los senos. Es importante mantener la espalda recta y los pechos levantados como con mucho orgullo.
-La postura ideal para dormir es boca arriba.
–Aplica agua fría (no helada) en el pecho al terminar tu ducha diaria rodeándolo de fuera a dentro durante uno o dos minutos, o bien pásate un cubito por esa zona envuelto en tela para mantenerla firme.
-Conviene evitar el sol, que deteriora las fibras elásticas y deshidrata la piel (hay que usar como mínimo un factor veinte de protección). Los senos, y el escote en particular, pueden quemarse fácilmente porque absorben gran parte de rayos ultravioleta. Esto puede dañar la piel, arrugándola y dándole un envejecimiento prematuro.
–No prescindir del sujetador, aunque el pecho sea pequeño. La piel de los senos es extremadamente fina, tiene muy pocas glándulas sebáceas y carece de músculos y ligamentos que lo sostengan. Se asienta sobre los pectorales mayores, pero está sujeto solamente por el sostén natural de la piel que va desde la barbilla a los senos. Usa un sujetador adecuado y cámbialo cuando los aros y los tirantes empiecen a dejarte marcas y no cumplan su papel de sujeción y tensión. Los aros tienen que quedar reposando siempre en el tórax y no debes poder pasarte el dedo por debajo. Los tirantes mejor si son regulables y deben bajar siempre rectos y elásticos por la espalda. Todo el tejido de la copa se debe acoplar perfectamente y no hacer arrugas. Tu pecho debe apoyarse sobre el relleno como si se tratara de un microcolchón, sin ningún tipo de presión. El regulador de la espalda no debe quedar nunca por encima de la línea del bajo pecho. Al abrocharlo en el corchete más extremo, el sujetador debe ajustar sin oprimir ni hacer pliegues. Eleva los brazos y comprueba que el sujetador no se descoloca. Y debes sentirlo como una segunda piel, como si no lo llevaras puesto.
–Realiza ejercicios adecuados para fortalecer los músculos de los pectorales. Hay infinidad de ellos, pero lo importante es coger la rutina de hacerlos durante 5 o 10 minutos todos los días, al levantarte o antes de acostarte.
-Una vez al mes viene muy bien un tratamiento intensivo. Se trata de realizar una exfoliación suave con un producto específico o, en su defecto, con uno de los que se usan para el rostro y, después, aplicar una buena mascarilla reafirmante.
Son muchos los factores que amenazan la firmeza, tonicidad y juventud de los senos. Influye, por ejemplo, el tamaño de los mismos, la cantidad de bebés que se amamanten, los cambios drásticos en el peso e incluso el tipo de sostén que se utiliza. Si tu pecho ya está algo descolgado lo primero que se recomienda es tener mucha paciencia ya que recuperar la silueta requiere algo de tiempo, lo siguiente será ponerse manos a la obra:
-Lo fundamental es realizar ejercicio para mantener desarrollados los músculos pectorales practicando deportes como la natación (que aúna el ejercicio con el masaje del agua), el remo o trabajar con pesas.
–Realiza automasajes mínimo dos veces al día, uno después de la ducha matutina aprovechando que los poros están totalmente abiertos y otro por la noche que es donde aumenta el ritmo de regeneración celular.
–El tabaquismo es un vicio que, además de afectar nuestra salud a nivel general, también hace que la piel pierda su elasticidad y que los senos se caigan y se arruguen fácilmente. Este mal hábito reduce la cantidad de colágeno y desmejora la circulación sanguínea, esto provoca que la piel se desgaste y los signos de la edad aparezcan de forma prematura.
-Llevar una dieta sana, equilibrada y rica en vitaminas y nutrientes es también de gran ayuda para mantener nuestro pecho firme. El aguacate contiene aminoácidos y vitaminas que nos ayudan a cuidar todo el tejido, el pescado azul, las espinacas y las verduras también. Y, a partir de los 30, recomendable tomar colágeno para asegurarte una buena firmeza en todo el cuerpo. Evita las dietas relámpago con las que pierdes mucho peso en poco tiempo, recuerda que el pecho está conformado en parte importante por grasa y los regímenes acelerados contribuyen a su flacidez. Si quieres quitarte unos kilos mejor hazlo poco a poco y de forma saludable.
Por último, está claro que no podemos luchar contra el paso del tiempo y tarde o temprano tendremos que aceptar la vejez, con todos los síntomas que conlleva, como una etapa más de nuestra vida. Teniendo en cuenta esto, día a día podemos trabajar para retrasar este signo de la edad y, sobre todo, evitar su aparición temprana, ya que muchos de los hábitos que realizamos a diario podrían hacer que nuestros senos se caigan antes de lo debido.