Para entender el arte que llamamos Barroco, que abarca cronológicamente el siglo XVII, hay que tener en cuenta una serie de condiciones geo-histórico-políticas: la Guerra de los Treinta Años, como plasmación de los conflictos religiosos (reforma luterana-contrarreformismo católico), en el terreno político, la conclusión de la hegemonía española, con la Paz de Westfalia y la Paz de los Pirineos, y el paso de Inglaterra y Francia a la condición de grandes potencias, la monarquía absoluta como expresión del nuevo orden con el centralismo administrativo, la acentuación del clasismo y el mercantilismo económico, como principales características.
En el terreno filosófico, científico y técnico se dan una serie de premisas que influyen decisivamente en las manifestaciones artísticas: la importancia del método racional frente al escolasticismo, el uso casi exclusivo de las lenguas nacionales, las matemáticas como sustitutivo del dogma religioso, la tendencia empírica (Bacon y Locke) como medio de conocimiento, la concepción del espacio como realidad independiente de los objetos (Newton), el desarrollo de la óptica y de los estudios sobre la luz y la química de los colores, las teorías físicas de Galileo, etc.
En el arte, entendido socialmente, esas tendencias se manifiestan: en un proteccionismo estatal (en el área de los países católicos) y en una actividad libre y profesional (en el área de los países protestantes con predominio burgués). En aquellos se trata de un arte oficial y monárquico (los pintores de la Corte) y surgen a su lado las academias para dirigir y controlar la dirección del gusto. Versalles puede ser considerado como el mejor símbolo de esa protección a las artes, en función del poder. La simetría y el centralismo son la correspondencia formal de los esquemas ideológicos imperantes, tanto en arquitectura (las calles que confluyen en la Plaza Mayor), como en pintura (‘Las lanzas’).
La infravaloración del arte barroco parte de una comparación con lo clásico (Renacimiento), entendido este como ideal o modelo inalcanzable. Wölfflin fue el sistematizador de esa tendencia y de la consideración del Barroco como arte anticlásico, sin embargo, Eugenio d’Ors le da un valor por sí mismo como paradigma de todo lo moderno. Pueden distinguirse tres estilos netamente diferenciados dentro del Barroco del siglo XVII:
-El clasicismo, según la órbita inglesa y francesa, caracterizado por ser una derivación del Renacimiento pero con nuevos toques decorativos. Poussin sería su mejor representante en pintura.
-El Barroco propiamente dicho, italiano y flamenco sobre todo, al que se le asignan todas las categorías peyorativas de todo el estilo. Rubens puede ser el mejor ejemplo.
-El realismo caravaggesco que, partiendo de Italia, triunfa en España, y que sería la mejor expresión del contrarreformismo católico. Velázquez sería el mejor exponente.
Todo ello quiere decir que el arte del siglo XVII carece de unidad estilística y que se bifurca en diversas direcciones, ateniéndose a la heterogeneidad de nacionalidades en las que se manifiesta. Todos los géneros artísticos en esta época están interconectados y parten del presupuesto de su carácter masivo y propagandístico, elementos que a algunos autores les han hecho conectarlo con el arte más reciente.
Las características más propiamente barrocas son las siguientes:
-Utilización del símbolo, la alegoría y la metáfora.
-Sentido teatral y escenográfico.
-Predominio de la luz.
-Importancia del elemento comunicativo entre la obra y el espectador.
Los adjetivos más utilizados para definir al Barroco tienen todos un significado muy concreto. Así, los de “majestuosidad”, “fastuosidad” y “deslumbramiento” derivan del carácter político-religioso de la propaganda a través del arte y de las analogías que se establecen entre el monarca y Dios, y los términos de “efectismo”, “emocionabilidad”, “protocolo” y “sentimentalismo” responden al sentido de veneración e idolatría que se profesa a la imagen como transmisora de enseñanzas.
CARACTERÍSTICAS DE LO CLÁSICO Y LO BARROCO (según Heinrich Wölfflin)
ARTE CLÁSICO |
ARTE BARROCO |
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Lineal: Predominio del contorno y el dibujo que delimita la forma. |
Pictórico: Aspecto de manchas y tendencia al claroscuro. |
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Superficie: Imagen en capas superpuestas. |
Profundidad: Relación entre los primeros y los últimos términos. |
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Forma cerrada: Imagen limitada en sí misma, equilibrio entre las partes. |
Forma abierta: Alude a lo externo de la composición, ordenación libre. |
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Pluralidad: Independencia de las partes respecto al todo. |
Unidad: Subordinación de las partes a un motivo total dominante. |
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Claro: Máximo de nitidez objetiva y de claridad en el detalle. |
Indistinto: Imprecisión y oscurecimiento de la imagen. |