Morir y resucitar a voluntad

Un túnel oscuro, una luz al final; el reencuentro con familiares y amigos ya fallecidos; la visión y el contacto con el 'Ángel de la Guarda'... Y regresar para contarlo.

Morir y resucitar a voluntad

Durante varios años, y en el más absoluto secreto, un conjunto de investigadores sometió a un grupo de voluntarios a «muerte clínica» durante varios minutos, recuperándolos luego para que narrasen su fantástica experiencia en el más allá. Al menos tales fueron los rumores que con insistencia circularon por todo Estados Unidos sin poder llegar a ser confirmados abierta o públicamente ante el temor a las consecuencias legales que ello podría haber reportado. Sin embargo, todos los datos y entrevistas confidenciales que al respecto se hicieron corroboran la veracidad de aquellas impresionantes experiencias.

Todo habría comenzado con los peligrosísimos y un tanto morbosos ensayos de un grupo de clínicos de California -donde siempre está ocurriendo algo nuevo e interesante-, los cuales se producían artificialmente un paro cardíaco, en presencia de los otros médicos. Al cabo de un cierto tiempo de permanencia del voluntario -¿o aventurero?- en ese estado limítrofe entre lo que es la vida y la muerte denominado «muerte clínica», era resucitado por sus compañeros utilizando los métodos conocidos y aplicables en esos casos. Los resultados fueron del todo increíbles.

Tales temerarios investigadores se inspiraron en las numerosas experiencias aportadas por diversos especialistas forenses, relativas a pacientes que han estado clínicamente muertos y a quienes se ha logrado recuperar con técnicas de reanimación. Todos estos pacientes relatan historias similares respecto de lo que vieron: un túnel oscuro; una luz al final del túnel; el reencuentro con familiares y amigos ya fallecidos; la visión y el contacto con lo que se puede calificar el «Ángel de la Guarda». Incluso, y esto es lo que ha conducido a pensar que se trata de una experiencia objetiva, niños de corta edad han contado las mismas historias, aunque, evidentemente, con el vocabulario propio de su edad.

Según contaron algunos testigos presenciales de aquellas pruebas, la repetición de estas incursiones en el país de los muertos dio lugar a escenas de verdadero pánico entre el equipo de reanimación, los cuales estuvieron a punto de no poder hacer regresar a aquellos pioneros tanatonautas (palabra procedente del griego «Tánatos» cuyo significado es «viajero hacia la muerte»). Se trata de casos en que el experimentador, aparentemente fascinado por los paisajes y visiones del otro lado, no quería volver al mundo de los vivos.

Fotograma de la película 'Línea mortal' (1990) de la que se dice fue inspirada por algunos hechos reales.Estas experiencias, aunque realizadas en el más estricto de los secretos, fueron filtradas -como tantas otras veces en multitud de asuntos- por la industria cinematográfica de Hollywood, traduciéndose en la producción del primer filme basado en parte en estas aventuras titulado ‘Línea mortal’, protagonizado por Julia Roberts y Kiefer Sutherland.

UNA GEOGRAFÍA FÚNEBRE
Aunque no existen pruebas irrefutables de la existencia de grupos de experimentadores tanatonautas, el 29 de marzo de 1991, festividad de Viernes Santo, dos fanáticos religiosos mexicanos se hacían crucificar frente a una muchedumbre que, con miradas piadosas aprobaba el dolor y la sangre de los crucificados. Luego los izaron, bien alto, para que los fieles -que eran legión- pudieran contemplarlos en su agonía.

El dolor y la muerte impregnan todas las capas de la sociedad. ¿Ante tanta morbosidad pública, podemos extrañarnos de que con el tiempo alguno de esos practicantes de la crucifixión que actualmente ya proliferan, movido por el santo impulso de parecerse a Cristo, quiera que le provoquen la muerte para ser resucitado poco tiempo después? A partir de ahora, va a ser difícil vulnerar nuestra capacidad de asombro.

¿Cuántas personas han perecido entregadas al impulso tanático y al placer morboso de autoaniquilarse? ¿Cuántos temerarios, movidos por una enfermiza curiosidad por el misterio de lo que se esconde tras el Velo de la Vida o de la Muerte, se han quedado privados del horror de estar vivos? Por otra parte, ¿cuántos suicidas se han arrepentido en el último momento, cuando ya no se podía dar marcha atrás?

Las nuevas técnicas nos permitirán darnos el gusto de suicidarnos sin pagar amargas consecuencias.Las nuevas técnicas que a continuación se describen nos permitirán desde ahora, si nos atrevemos, darnos el gusto de suicidarnos sin pagar amargas consecuencias. Las mentes enfebrecidas ya especulan sobre si los viajes peritanáticos vendrán a sustituir a los viajes psicodélicos, convirtiéndose así en lugar de un deporte o aventura, en una práctica decididamente morbosa.

Como botón de muestra de la ola de apasionadas discusiones, del violento rechazo por unos y de la entusiasta acogida por otros, recordemos la invención en su día de aquel prototipo autoeutanásico -la «Máquina para Suicidarse»- y su ensayo con éxito en la persona de una mujer en fase terminal que atravesó todo un continente con tal de emprender el compasivo viaje, despertando fuertes controversias en los medios de comunicación social que terminaron con la inculpación del médico inventor.

A pesar de defender valientemente sus conceptos, este corrió el riesgo de ser condenado a cadena perpetua, o de verse sometido a una menos piadosa máquina de la muerte: la silla eléctrica. De todas formas, aunque fue absuelto -después de cuantiosos gastos en su defensa legal-, el ingenioso aparato se prohibió en aquel entonces en la práctica totalidad de Estados, donde fue considerado un instrumento del Demonio y anunciador de los tiempos finales de la abominación que estaban por llegar.

UN FÚNEBRE VIAJE ALQUÍMICO
Los investigadores de la Peritanatología o experiencias al borde de la muerte, señalan que los viajeros que han sobrevivido a esta experiencia regresan desprovistos del miedo a la muerte y, por tanto, se comportan de forma más tranquila, más amorosa y equilibrada. Y era de esperar, pues el miedo a la muerte es el miedo arquetípico, ya que todos los miedos y temores se desprenden de él. Al desaparecer la fuente de los temores, la persona forzosamente tiene que sentirse calmada y relajada. Es una persona nueva, como si hubiera vuelto a nacer pero con la experiencia adquirida por los años vividos. Todos los viajes -hayan sido hechos por adultos o por niños- son iguales: se tiene la sensación de flotar y de dirigirse a lo largo de un túnel, al final del cual hay una luz. Luego viene una especie de familiar serenidad. Después, el encuentro con amigos y familiares que murieron hace años… Luego se siente que te atraen hacia atrás y regresas…

El viajero hacia la muerte regresa a la vida vigorizado y vencedor del miedo.Ahora las nuevas tecnologías permiten, a través de métodos menos peligrosos que los de aquellos míticos pioneros tanatonautas, obtener los mismos resultados que los que casualmente han vivido una experiencia cercana a la muerte pero sin afectar al corazón. El viajero se afirma que regresa vigorizado, vivificado, vencedor del miedo y, por tanto, hecho todo un guerrero… ¿Merece la pena? Con estas tecnologías, la muerte podría dejar de ser un lugar somático para convertirse en un Lugar en la Conciencia. Lo que en definitiva siempre fue: un estado de ánimo.

De hecho, la Peritanatología como experiencia o aventura voluntaria, es un hecho conocido desde hace milenios y practicado desde siempre, si consideramos a Tánatos como un estado de conciencia. El doctor Kenneth Ring, conocido escritor y especialista en la rama de las experiencias al borde de la muerte comentó que aunque él no tenía confirmación de las exóticas técnicas peritanáticas basadas en el paro cardíaco, había, sin embargo, otras técnicas más conocidas, como las del yoga, la meditación sostenida y las psicodélicas. Kenneth Ring hizo una alusión a la estrecha relación entre las experiencias peritanatológicas y las ufológicas.

Por su parte, Timothy Leary, uno de los padres del movimiento psicodélico, afirmó que la peritanatología es una dimensión abierta a los aventureros tanatonautas, y que él mismo había tenido experiencias peritanáticas inducidas por técnicas psicotrópicas. Y Michael Hutchison -autor del conocido éxito literario ‘Megabrain’- señaló que «existen máquinas mentales que inducen a estados que simulan los viajes peritanáticos y que producen estados de euforia y bienaventuranza similares a los producidos por los viajes ‘duros'» (es decir, inducidos por fibrilación cardíaca). No obstante, estas versiones suaves, que algunos califican de edulcoradas, «light» o desnaturalizadas, encierran también ciertos riesgos, puesto que «¡se requiere un entrenamiento especial de sesenta días antes de someterse a la máquina!».

LOS ESPACIOS DE LA MUERTE
Definitivamente, la muerte está de moda y amenaza con convertirse en “Superstar”. Sin embargo, este nuevo enfoque de la muerte, esta resonancia mundial del arquetipo tanático, es una inmejorable oportunidad para deshacerse del miedo, del estrés y vivir mejor la vida. De hecho, las tradiciones de todas las escuelas mistéricas siempre han afirmado que «la vida que vive el común de los mortales es una existencia dormida, psicopómpica, vivida a medias». No es la Vida, con mayúsculas, no es la Vida más abundante a la que tantos se han referido. Es la periferia de la vida, no el centro del que dimana nuestra esencia. En ese sentido, y como paráfrasis, podemos afirmar que la vida corriente es en realidad una experiencia al borde de la vida o perierótica -recordemos que el antónimo de Tánatos o muerte es Eros, el amor-.

Los relatos de los viajeros que han hecho el viaje de ida y vuelta nos hacen pensar que la exposición dosificada a los potenciales forenses del dominio tanático, permite atraer la vida dormida, excéntrica, hacia el Centro de la Vida -la Vida Abundante, donde impera Eros, la Fuerza de la Vida-.

RELIGIONES EXPERIMENTALES
La leyenda en cuestión, que muchos desean ocultamente que sea cierta, abre una Nueva Era. Surge la esperanza de que, para ser profundamente religioso, el ser humano no tenga que creer dogmáticamente lo que dicen las escrituras de una religión u otra, sino que pueda simplemente ir él mismo e investigar, comprobar, experimentar e incrementar el ámbito de su experiencia. Todo indica que la religión puede dejar de depender del dogma y pasar a ser, al menos en parte, una actividad experimental.

La religión puede dejar de depender del dogma y pasar a ser una actividad experimental.¿Pero cómo llegar allí, con qué vehículo? No todo el mundo está preparado para la experiencia del paro cardíaco. Para esto, algunos investigadores han diseñado tecnologías alternativas suaves, que han producido un «medio de transporte» que puede llevar al audaz viajero a las comarcas peritanáticas. Se trata de un vehículo áurico -una forma vibratoria astral- construido específicamente para este tipo de viajes. Los «instrumentos de gobierno» ya están a punto y pueden ser inculcados mediante un entrenamiento neurológico que le permite tener perfecto control del vehículo a lo largo de toda la travesía.

Algunas de las técnicas que permiten implantar en la mente los instrumentos de navegación son, por ejemplo, la «Programación Neuroacústica», la «Sincronización Hemisférica» o la «Cartografía Neurológica» que disparan los programas cerebrales innatos que lanzan la conciencia hacia dominios exomateriales y comienza el extático (de éxtasis) viaje por los espacios peritanáticos del Cielo. Este es un método inteligente en comparación con el de los faquires capaces de detener el corazón bruscamente. De esta manera llegaban a idénticos resultados que los modernos tanatonautas.

UN CÍRCULO MÁS AMPLIO DE RELACIONES
En este tipo de viajes, la persona se encuentra con muchas otras existencias, como ángeles.Durante esas aventuras, la persona se encuentra con muchas otras existencias. Familiares exiliados en esas comarcas, ángeles y otras entidades con las que establecen amistad.

Una vez que se ha emprendido el viaje (independientemente de la técnica empleada) aunque sea una vez, la persona puede mantenerse en contacto con esas nuevas amistades, incluso en el estado de conciencia que llamamos vida o «estar vivo» o «despierto». En particular, la persona logra un vínculo más estrecho con su propio Ángel Guardián con los beneficios que esto conlleva. Algunos han aportado experiencias con entidades semejantes a las descritas por Whitley Strieber en sus libros de testimonios ‘Comunión’ y ‘Transformación’, que él designa como «visitantes», y que forman toda una civilización paralela a la nuestra.

LAS VENTAJAS DE SER UN MUERTO EN VIDA
Una sensibilidad mayor, una intuición más aguda, el conocimiento directo y percepciones espaciales y geométricas son algunas de las ventajas de estar entre esos seres a medias que se denominan a sí mismos seres vivos -pero que en realidad son sólo existencias perivitales, es decir, a medias vivos- después de haber regresado de las estimulantes experiencias más allá del velo que lo convierten a uno en lo que las tradiciones orientales han denominado un Muerto en Vida o «uno que ha muerto a sí mismo». Como se ha dicho anteriormente, todas las afirmaciones de las religiones y de las sabidurías pueden ser sometidas ahora a comprobación experimental. Pero al contrario de lo que el folklore de los zombis afirma, los verdaderos hombres conocedores de la muerte enseguida observan cómo se operan sorprendentes cambios fisiológicos y anatómicos en sus cuerpos, por no mencionar sus psiques.

Los tanatonautas son hombres más libres y por tanto más completos.Sus ojos adquieren una mayor brillantez. Se establece una adecuación de los relojes biológicos que permiten una mayor intensidad de vida, una mayor energía, como si hubieran rejuvenecido. Y lo que es más importante, la persona se hace más consciente de los aspectos escatológicos de la vida personal, es decir, de su misión en la vida, de la tarea que tiene que emprender, y por tanto más consciente de sus deudas kármicas.

DESPROGRAMACIÓN DEL INCONSCIENTE
Como resultado de estos estados vibratorios áuricos se comprueba un debilitamiento de las programaciones inconscientes que nos inculca la cultura circundante. En esa medida, los tanatonautas son hombres más libres y por tanto más completos. Este hecho, acompañado de la posibilidad de consultar al Ángel Guardián como el que consulta a un consejero, abre posibilidades inimaginables de perfección en la acción. Al mismo tiempo, las consecuencias kármicas de esta nueva circunstancia no escapan a nadie: ¡el ser humano, por fin, administrador consciente de sus energías kármicas!

A medida que el hombre practica estas técnicas, va adentrándose en las comarcas internas centrales de la Vida, de donde se nutre la esencia, con consecuencias más allá de todo lo jamás prometido por ningún tipo de escuela de desenvolvimiento espiritual: la posibilidad de transgredir la misteriosa «Orden de Rangos» en una existencia y, por tanto, de ir más allá del «Círculo No Se Pasa», del canon considerado hasta ahora como infranqueable. Es un notable cambio del paradigma iniciático.

INGENIERÍA DE ENCARNACIÓN
Es de esperar que un tanatonauta se encuentre con las almas que van a encarnar o que están a punto de hacerlo. Esto abre nuevos horizontes de experiencia en los que el hombre se convierte en colaborador consciente de las fuerzas o señores de la encarnación.

Lo que siempre se han llamado causas no son más que excrecencias desequilibradas o neoplasias -nuevos tejidos- áuricas, que son objetivizadas en esas dimensiones de la conciencia. Esto permite concebir la puesta a punto en poco tiempo de técnicas especiales que capaciten a los especialistas para extirpar esas máculas, o al menos suavizarlas, antes de la concepción o en última instancia antes del nacimiento. Además de la potestad de atraer hacia la existencia a entidades más luminosas, con lo que el ritmo de la evolución espiritual de la Humanidad se verá acelerado exponencialmente, alcanzando el punto Omega de Teilhard de Chardin mucho antes de lo que podíamos soñar.

La cirugía fetal actual trata de hacer lo mismo, aunque en una etapa un poco tardía del proceso de encarnación y restringiéndose al ámbito de las máculas kármicas que se reflejan somáticamente desde el nacimiento. Es más que evidente la supremacía de las técnicas peritanáticas para ello.

El mágico encanto de las velas. Lo mismo son icono de relax y romanticismo que de la vida y la muerte. Están en todos los ritos, templos y hasta en los cumpleaños, porque de ellas depende que se cumpla un deseo. Siempre envueltas de un halo místico, ¿qué fuerza esconden esas pequeñas llamas que llevan una eternidad hechizando al hombre?

Morir y resucitar a voluntad. Un túnel oscuro, una luz al final; el reencuentro con familiares y amigos ya fallecidos; la visión y el contacto con el ángel de la guarda... Y regresar para contarlo. La muerte podría dejar de ser un lugar somático para convertirse en un lugar en la conciencia. Lo que en definitiva siempre fue: un estado de ánimo.

Viejas canciones. Siempre están ahí: rondando en las veredas o en los patios de las escuelas, repetidas día tras día, sufriendo un proceso de trasvasamiento de generación en generación, pero conservando toda la esencia y la pureza del mensaje. Cuando uno las escucha, los recuerdos se afanan por rescatar los años pasados y volver a esos días.




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